Las empresas del siglo XXI que quieran ser competitivas necesitan ser capaces de crecer y de adaptarse con eficacia a los cambios permanentes que caracterizan al mercado.
¿Cuáles son los pilares clásicos de la empresa tradicional? La obediencia (el cumplir las normas), el intelecto (coeficiente intelectual), la diligencia.

Sin embargo, pensemos que el cambio y la incertidumbre no es una elección que podemos hacer. Ambos existen, los miremos o no, van a estar permanentemente en nuestras vidas. Se acabaron los tiempos de seguridad en que a cambio de trabajar según las normas de una organización, teníamos ese puesto seguro, un salario mensual y una futura jubilación.
Son cosas que están desapareciendo. ¿Qué impide que llegue una empresa internacional y quiera competir en el mismo mercado?

Sería conveniente que nos planteemos el cambio como una “bendita oportunidad”, donde ya no nos vamos a permitir hacer las cosas a medias, sino que a la fuerza vamos a tener que pensar en cuál es la mejor versión de nosotros mismos.

Para ese modelo donde ya la seguridad no existe, ni para la empresa ni para los individuos, ¿en qué pilares se están basando? En la transparencia, la agilidad y la colaboración, como líneas longitudinales de comunicación dentro de una organización. Sobre ellos va estar construido el cómo nos comportamos cada uno como trabajadores y directivos de una empresa.

Lo que se nos está pidiendo cada vez más es la capacidad, la creatividad y, por encima de todo eso, que saquemos nuestra pasión, que trabajemos desde la pasión para construir todo lo demás.

Y para sacar esa pasión necesitamos autoconocimiento. Ese conocimiento de nosotros mismos, saber cuáles son las cosas que nos mueven, que nos hace diferentes, que hacen que brillemos, es lo que ahora hace competentes a los individuos, su capacidad de ser la mejor versión de sí mismos y de dejar de hacer lo que deben para pasar a lo que mejor saben.

Precisamente ese es el objetivo del buen coaching: liberar el potencial de los individuos; ayudar a aprender en lugar de enseñar.

¿Ya está su empresa preparada para enfrentar los retos del siglo XXI?

El coaching sirve para sacar lo mejor de las personas. El buen coaching es un puente para ayudar a las empresas y a sus personas a pasar de hacer “lo de siempre”, lo que solían hacer, lo que no se habían planteado con mucha profundidad si era lo mejor o no, a hacer lo que mejor saben hacer»